¿A quién no le pasó alguna vez?

Si algo tienen en común el arte y los chicos es la capacidad de producir «extrañamiento», es decir de mirar con otros ojos(1) lo cotidiano y ¡desnaturalizarlo!

Ruth Rocha logra en esta historia reunir ambas: enhebrar literariamente una experiencia que hemos vivido y contarla focalizada en un niño.

¡Ah los niños! las cosas que contarán a sus hijos, sobrinos y nietos cuando sean grandes acerca de lo que hemos hecho con ellos, a pesar de ellos, contra ellos, sobre ellos en esta pandemia! Por todas esas «medidas» que tomamos para protegerlos, hoy regalémosles un poco de humor!!

 

(1) «Con ojos de niño» diría el maestro Tonucci

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