tardecita de verano entre lectores y lecturas

     La invitación a este primer encuentro del año 2020, organizado por la Cátedra Libre de Literatura Infantil y Juvenil, circuló por las redes sociales, de boca en boca, por el éter. Hubo quienes se entusiasmaron, quienes se disculparon por «perderse» el encuentro, quienes se hicieron un hueco en la tarde para conversar acerca de lo leído. ¡Otra vez obró la magnífica experiencia de la lectura en esos esbozos de «comunidades de lectores» que son los talleres entre mediadores!

     Mientras entrábamos en tarea, nos acompañamos de algunos naipes del juego tinkuyano «Ping pong literario» y, así, conocimos nombres y experiencias de quienes nos tientan con títulos o autores. Otra pregunta sacada al azar nos permitió valorar la posibilidad que nos brindan las redes sociales virtuales y los medios de comunicación para informarnos de novedades, orientar nuestras búsquedas, ayudarnos a entrarles «al hueso» a los textos. También, nos enteramos de las dificultades compartidas para dar un orden a las bibliotecas, tomamos nota de posibilidades y nos sorprendimos ante la rebeldía de los libros a dejarse acomodar en mesas de luz y estanterías.

     Conminados por Neil Gaiman, cuando dice en su carta a los jóvenes lectores:  “… en algún lugar, hay un libro escrito justo para vos. Calzará en tu mente como calza un guante en tu mano. Ese libro te está esperando. Ve  a buscarlo…” (*) dedicamos el tiempo de taller a compartir sobre los aspectos sorpendentes, sobre las dificultades, sobre los modos singulares de construir nuestros itinerarios lectores.

     Tuvimos coincidencias insospechadas, recuerdos conmovedores, hallazgos y consultas mutuas. 

     Circulamos por «Hombres en su siglo y otros ensayos» de Octavio Paz, a través de las curiosidades que Olivier Marchon reúne en «El 30 de febrero y otras curiosidades sobre la medición del tiempo» y entre las reflexiones de Lou Marinoff en «Más Platon, menos Prozac«.

     Las sagas fantásticas de  Lucinda Riley y Maite Carranza (**) abrieron paso a conversar sobre las excursiones veraniegas con la narrativa. Así, entraron en la urdimbre del tejido: Mariana Enriquez con su escritura generadora de perplejidades (***)  junto a los desafíos que implicó la lectura de la épica de los cosacos  desarrollada por Mijail  Shólojov en «El Don apacible«.

     Los tropiezos al leer y el esfuerzo de quien lee, para asignar sentidos y así construir el texto, fueron compartidos ante la experiencia vivida con Peter Handke y Philippe Segure (+)  o con Orhan Pamuk (++).

     Entre los presentes, hubo quien se dedicó a la obra completa de Hans Christian Andersen y se dio con textos discordantes con las propias expectativas, cosa que sucede ante una obra que desde su escritura (a fines del siglo XIX) ha sedimentado en nuestro imaginario a través de narraciones orales, de producciones fílmicas y de ciertas versiones editoriales propensas a «aggiornar» las obras a la representación de infancias de la época.   

     Entre las obras que hemos leído pensando en adolescentes y jóvenes las hubo de Neil Gaiman (#), María Gripe y Carola Martínez Arroyo (##). 

     Un hito aparte lo produjo «Mancala» de Natalia Porta López, a cargo del PLAN NACIONAL DE LECTURAS, un proyecto que genera expectante alegría entre los mediadores de por acá!

     Como algunas de las participantes del Taller, también integramos el grupo de lectura Leemos LIJ (###), el intercambio recuperó también a Anne Fine y «El regreso del gato asesino«. 

     La poesía tomó su lugar con la presencia de Violeta Parra¹, Denise Levertov² y Juana Bignozzi ³. Un lujo de coincidencias que trajo el recuerdo conmovedor de Mirta Colángelo.

     Con una carta de Laura Brown Lavoie (•) nos fuimos acechados por leonas con las fauces ensangrentadas y con «… el pasto de la historia [que] crece rodeándome […mientras somos…], justamente, otra silenciosa criatura cuyo corazón late en ese mundo»

ilustradora Ping Zhu (¤)

 

 

(*) Gaiman, N (2018) en A velocity of being: Letters to a young reader. Comp. Popova, M. New York: Enchanted Lion Books

(**) «Las siete hermanas» y «El clan de la loba» respectivamente

(***) «Éste es el mar» y «Las cosas que perdimos en el fuego«

(+) «La tarde de un escritor» en el primer caso y «Las tribulaciones de un escritor» en el segundo

(++) «La vida nueva«

(#) la novela «Neverwhere» -que transcurre en el subsuelo londinense- será una oportunidad para leer en clave fantástica los problemas sociales de nuestros tiempos

(##) «El túnel de cristal» (Gripe) y «Nunca jamás» (Martínez Arroyo) nos invitan a adentrarnos, desde la voz narrativa de los protagonistas, en los desafíos que atraviesan los adolescentes en ese tiempo de construcción subjetiva que implica autonomizarse de la familia, en la primera, y ante la dolorosa vivencia de la muerte, en la segunda.

(###) se puede participar en el link: https://www.facebook.com/groups/2204367853136079/permalink/2492575140982014/

¹ su «Poesía» reunida en la magnífica edición de la Universidad de Valparaíso, nos dio ocasión de valorar, además, al libro en tanto objeto estético.

² degustamos un bocadito de su «Antología poética«

³ «La ley tu ley» y «Novísimos«

(•) Brown Lavoie, L. (2018) en A velocity of being: Letters to a young reader. Comp. Popova, M. New York: Enchanted Lion Books 

(¤) esta imagen de la ilustradora estadounidense acompaña la carta de Laura Brown Lavoie

Lago Puelo: un rincón para el encuentro entre quienes gustamos de convidar literatura

A fines de agosto nos embarcamos en una nueva experiencia de intercambios, aprendizajes y búsquedas con colegas de la Comarca Andina y también de Esquel, Trelew y Comodoro Rivadavia que viajaron hasta Lago Puelo, para participar del Seminario «La lectura literaria en los tiempos de la alfabetización inicial«.

A pesar de la difícil situación que atraviesan las Universidades públicas, sostuvimos el compromiso y pudimos desarrollar los encuentros previstos para el Seminario, con el valioso soporte logístico de la Coordinadora del Área de Desarrollo Profesional del Instituto nº 813, prof. Yanina Cuello, y de la, por entonces, directora de la Biblioteca Pedagógica Región VII, Gabriela Rama, así como del equipo de la Dirección de Cultura Municipal.

Con la participación de veintisiete mediadores/as (docentes de nivel inicial y primario, bibliotecarias y formadores de formadores) compartimos lecturas e intercambiamos saberes ligados a nuestras prácticas;  nos nutrimos de video-conferencias   y exploramos estrategias de mediación de lectura literaria. Fueron tiempos de pensar y pensarnos en esas comunidades de lectores incipientes con los que se comparten las primeras experiencias de abordaje al sistema de escritura. Fueron oportunidades para proponernos dar pie a situaciones de lectura que sean lo más cercanas posibles a las prácticas sociales de lectura (como reflexiona Delia Lerner).

Los libros que distribuyera el Plan Nacional de Lectura, durante la gestión del Ministro Sileoni, fueron las herramientas para pensar juntos acerca del lugar que le hacemos al discurso poético en nuestras prácticas,  nos desafiaron a revitalizar la experiencia de poner la voz y el cuerpo al convidar palabras, sonoridades y silencios.

Los libros «de las cajas» (como solemos llamarlos) nos reunieron con las afirmaciones de Mirta Colángelo y de Laura Devetach, con los pensares de Cecilia Bajour, de María Teresa Andruetto y las revelaciones del maestro Pablo Medina en los programas «Había una vez» producidos por  M.Mucci y L. Schilman (disponibles en la web de Canal Encuentro).

De la mano de Teresa Colomer nos detuvimos en la distinción de criterios de selección de textos narrativos o poéticos de calidad tanto literaria como visual.

Fueron muy valiosas las contribuciones de los participantes, ofreciendo recomendaciones que nos permitieron pensar en la enorme producción editorial de calidad que podemos tener al alcance las manos. Y, también, en cuán fuertes siguen siendo las matrices de aprendizaje que, con frecuencia, siguen impulsando  la selección según aquellas intrusiones sobre las que nos alertaba María Adelia Díaz Rönner (psicologismo, didactismo, moralismo) que suplantan los criterios de recepción estética por otros ligados a pragamatismos varios que operan en detrimento de la especificidad de la literatura.

También el lenguaje visual habilitó el intercambio y, con los aportes de Juan Lima, Isol e Itsvansch revisamos saberes y repensamos prácticas.

Sobre el final nos demoramos en registros de experiencias sostenidas, en el nivel inicial y el primer ciclo de la escolaridad primaria,  por mediadores que se han propuesto poner en juego los quehaceres propios de todo lector literario. Fue un modo de ir pensando propuestas para desarrollar en el marco de la acreditación del Seminario.

Ahora viene el tiempo de desplegar algún proyecto que se encuadre en lo aprendido. Ahora viene el tiempo de hacerle honor a la invitación del maestro Simón Rodríguez cuando decía: «o inventamos o erramos»