«…llueve porque imaginas que llueve…»

El verso(1) que titula esta recomendación es una buena síntesis para toda experiencia de lectura literaria. No llueve meteorológicamente hablando, llueve porque nos convoca el pacto ficcional. Llueve porque imaginamos la lluvia. En este caso como siempre que se ingresa al texto literario, todo lector activo está reclamando verosimilitud, la veracidad queda relegada mientras transitamos la experiencia de leer, mientras, como hemos dicho tantas veces, nos «zambullimos» en un texto(2).

Recomendamos hoy una serie de textos que seleccionamos cuando creamos, desde la Cátedra(3),  los micro radiales «Abrapalabra«. En esta ocasión son una oportunidad para que, en tanto mediadores, reflexionemos sobre los criterios de selección de textos poéticos que ponemos a circular entre lectores que ya empezaron a transitar la adolescencia.

Una problemática sobre la que hemos reflexionado -en encuentros presenciales previos- es la experiencia por la cual, frecuentemente, los mediadores desconocemos  «dos aspectos fundamentales en la formación de estos lectores literarios: que el verbo leer no admite el imperativo  y que los lectores/as son adolescentes…. Se trata de adolescentes, de gentes en proceso de crecimiento con rasgos identitarios de orden cultural muy diversos de los nuestros….«(4) Por ello, compartimos, más allá de los textos, la experiencia de haber reunido a un grupo de jovencitos que voluntariamente y ¡fuera del horario escolar! produjeron estos bocaditos literarios.

Esta lluvia estética reúne a autores de por acá, como los patagónicos María Cristina Ramos(5)Andy Maldonado(6), con nuestro querido invitado Eduardo Abel Gimenez(7) y la chilena María José Ferrada(8); a Germán Machado(9), uruguayo residente en Barcelona y al mismísimo Julio Cortázar(10) no sólo con un texto suyo sino con su voz ¡tan singular! Más que bocaditos literarios éste es un banquete ¿No les parece?  

(1) dice el poema completo: «Llueve de verdad, / llueve fuerte, / diluvia. // Llueve porque imaginas que llueve. // Bajo las sábanas y las frazadas, / con los ojos cerrados, / acabas de inventar la lluvia.// Cuando salgas a la calle, / –dice tu madre– / lleva el paraguas. / ¡No te imaginas cómo llueve!» (en Ver llover de Germán Machado)

(2) siempre insistiremos con la lúcida mirada de Liliana Bodoc en su  aporte al TedX que puede visualizarse aquí

(3) Cátedra Libre depende de la Secretaría de Extensión Universitaria (Dirección de Cultura) Universidad Nacional de la Patagonia «San Juan Bosco»

(4) Domínguez, P. (2017). De colectoras, cebras, guardarraíles y mapas de rutas. En Diálogos entre mediadores de lectura: algunas reflexiones sobre literatura infantil y juvenil.  Bajour Cecilia … [et al.] Comodoro Rivadavia: Universitaria de la Patagonia – EDUPA. (disponible aquí)

(5) Ramos, M.C. (2009). Rondas de agua. México: Nostra Ediciones

(6) Maldonado, J. (2012). La mitad del mundo.Rawson: Secretaría De Cultura De Chubut. El autor y un grupo de sus alumnos participaron en uno de los programas «Susurro y Altavoz» disponible aquí (todo el ciclo es altamente recomendable)

(7) Gimenez, E.A. (2014). Tus ojos. Buenos Aires: Calibroscopio

(8) Ferrada, M.J. y  Carrió, P. (2011). El lenguaje de las cosas. Madrid: Ediciones Del Jinete Azul

(9) Machado, G. (2010). Ver llover. Buenos Aires: Calibroscopio.

(10) Cortázar, J. Aplastamiento de las gotas. En Historias de cronopios y de famas. Audio recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=aRglT3drrM4

 

Como un solo trazo

La obra que hoy recomendamos(1) viene precedida de un epígrafe que anticipa la  lectura que nos espera: «…y de un solo trazo dibujó un cangrejo perfecto…» (Ítalo Calvino, Lezioni Americane).

Una historia aparentemente escrita de un «solo trazo» que multiplica capas de significación cada vez que nos detenemos en cada página nos sumergimos» sería una mejor manera de decirlo) . Un magnífico juego de espejos que, como en todo libro álbum, establece un contrapunto entre ambos lenguajes (el literario y el visual).

epígrafe

Así, mientras se despliegan los diálogos entre el mejor dibujante y el dueño del imperio, con la apenas perceptible presencia de un asistente, sobre el plano blanco que opera de fondo se despliegan:  sellos, mapas, escrituras, estampillas postales, boletos de tren, fotografías, geishas de diversas edades, calendarios y, siempre, límpidos trazos de pincel fino condensando la trama con sutileza .

Tenemos entre manos una lectura que requiere de lectores activos, dispuestos a ir y venir entre el texto literario, propuesto por María Teresa Andruetto, y el texto visual ofrecido por Istvansch(2).

Cuando María Teresa Andruetto  honró con su presencia a la Cátedra (3), en 2014, definió, como lo hace habitualmente, su posicionamiento estético: «…la literatura nos propone en el transcurso de la lectura riesgos, luchas y por sobre todo nos enfrenta a nuestras carencias. No nos ofrece soluciones, más bien diríamos que nos plantea preguntas, porque problematizar lo que ha sido en nosotros naturalizado es una de las funciones fundamentales del arte…« (4) 

En esta obra, el contrapunto entre el dibujante y el emperador pone en escena el lugar del artista y el lugar del poder. Hoy, a la luz del contexto de la cuarentena que vivimos, es posible una nueva lectura al respecto. Tal vez éste sea un tiempo para cuidar más a nuestros artistas, para reconocer el derecho a la cultura como un derecho tan humano como el derecho al pan.

¡Buena lectura!

 

 

 (1) Andruetto, M.T. e Istvansch (2012). El caballo de Chuang Tzu. Córdoba: ComunicArte

(2) Ya habíamos recomendado otra obra de ambos creadores  «La durmiente» aquí

(3) Cátedra Libre depende de la Secretaría de Extensión Universitaria (Dirección de Cultura) Universidad Nacional de la Patagonia «San Juan Bosco»

(4) puede leerse la conferencia completa aquí

Una selección para ¿los más chiquitos?

Desde la Cátedra de Literatura Infantil y Juvenil(1)  sostenemos con convicción que los dos adjetivos, «infantil» y «juvenil», son sólo necesarios para que, quienes acompañan a los niños, adolescentes y jóvenes en el tránsito por los libros, encuentren, en nuestras recomendaciones, un apoyo en los procesos de consolidación de las comunidades de lectores.

Por eso el título de este posteo es interrogativo. La selección que hoy les recomendamos seguramente puede ser disfrutada por los más pequeños de la familia pero son obras de tanta calidad que también provocarán lecturas multiplicadas entre los adultos mediadores.

Así en «La escalera de Pascual«(2)   María Rosa Mo nos ofrece una historia que pone en escena el vínculo con los abuelos (¡una historia necesaria en estos tiempos en que pocos niños pueden estar cerca de los suyos!) y apela sutilmente al pacto de ficción que implica considerar que puede existir una escalera para llegar al cielo y, desde allí, ver a los amigos jugar. Por su parte, el ilustrador (¡nada menos que Istvansch en épocas en las que la digitalización aún era impensable!) diseña las imágenes aprovechando la materialidad del libro de modo tal que, en las páginas impares está el cielo y en las pares lo que sucede en tierra. Un libro que cabe en la palma de la mano y abre un universo estético ¡enorme! Un libro que, como las imágenes muestran, ha sido objeto de lectura en muchas manos infantiles, un libro zarandeado y mordido como todo buen libro que se entrega a los más chiquitos.

La recomendación de hoy incluye una versión de «Duerme, duerme, negrito«(3)que, sin duda, pondrá a cantar en familia un tema que conocemos en otras versiones y que la cineasta Vivienne Barry musicalizó en el proyecto Cantamonitos para la televisión chilena. Es, justamente, en la diversidad de versiones que deseamos poner la mirada ahora. Ya que, si tempranamente ofrecemos la oportunidad de recorrer un texto desde distintas estéticas estamos habilitando reconocer que no hay un sólo modo de mirar y escuchar el mundo en el que vivimos, no hay un sólo modo de expresar lo que cada quien necesita comunicar.

Concluimos con un «cuento silencioso» una historia contada visualmente que invita a los lectores a leer en lo no dicho con palabras. En el papá que aparece en «El armatoste«(4) , es probable, que más de una mamá o un papá o un hermano mayor se encuentren recordando situaciones similares. Es que Leticia Uhalde, autora del guión de esta historia, y  Raúl Fortín, el ilustrador, han podido captar  lo medular de la experiencia lúdica en los niños.  Para ellos es tan importante el proceso de creación del juguete como el ser acompañado por un Otro en ese proceso(5) .

Mientras nos cuidamos, quedándonos en casa, ¡sigamos leyendo!!

 

 

 (1) Cátedra Libre depende de la Secretaría de Extensión Universitaria (Dirección de Cultura) Universidad Nacional de la Patagonia «San Juan Bosco»

(2) Mo, M.R. e  Istvan (1994). La escalera de Pascual. Buenos Aires: Ediciones del Cronopio Azul

(3) Martínez, R. (2018). Duerme, duerme, negrito. Caracas: Ediciones Ekaré

(4) Uhalde, L. y Fortín, R. (1993). El armatoste. Buenos Aires: Ediciones Colihue

(5) recomiendo una entrevista a Luis María Pescetti imprescindible (ver aquí)

 

Hoy: poupurrí poético

Con obstinada frecuencia, al comenzar los talleres o seminarios que ofrecemos desde la Cátedra de Literatura Infantil y Juvenil(1) proponemos convidarnos poesías que tengamos a la mano y, con similar obstinación, vemos que muchos mediadores no tienen conciencia del bagaje poético que los «apapacha»(2).

Hoy ofrecemos una ocasión para recuperar algunos textos de la tradición oral, en una producción  del grupo cordobés Abriendo Rondas que,  a través de versiones musicalizadas de modo impecable, despiertan la memoria emotiva de muchos adultos y «abren la ronda» al juego a los chicos y chicas.

Con el Arrorró, las adivinanzas, con cada trabalenguas o refrán cada familia, ¡todas las familias!, van tejiendo el nido cultural que da abrigo poético a los recién venidos. Cuando los docentes, los bibliotecarios, los promotores de lectura, los autores comienzan a convidar literatura, llegan a un terreno que ya está preparado aún cuando, muchas veces, pareciera que se estaría empezando de cero. Basta escarbar un poquito y veremos ¡cuánto ya está sembrado!

Por supuesto que los y las mediadoras tenemos la responsabilidad de brindar oportunidades para ampliar ese mundo simbólico y, para ello, poner a circular otras obras permitirá lecturas más complejas ¡No sólo lecturas de libros, sobre todo lecturas del mundo! Por ello, en nuestro poupurrí de hoy, también va un poema de Cristina Ramos(3): «El nido» que viene ofrecido en un soporte que connota el texto, sosteniéndolo en ese tipo de diálogos estéticos que caracterizan la obra de la autora.

Una serie de obras narrativas acompañan la canción «En alta mar«. Los títulos pueden sugerir un itinerario a los mediadores que incluye: obras clásicas o textos con base histórica, mitos, libros de humor, libros álbum y libros silenciosos. Como ya hemos dicho, luego, cada mediadora, cada mediador deberá realizar la selección más pertinente para aquellos grupos con los que se vincula estéticamente.

¡Buena selección, entonces!

 

 

 

(1) Esta Cátedra Libre depende de la Secretaría de Extensión Universitaria (Dirección de Cultura) Universidad Nacional de la Patagonia «San Juan Bosco»

(2) apapachar: dar cariño

(3) Recomendamos la lectura de su conferencia «Universos de lo poético y universos del aula» que desarrolló en octubre de 2015 y puede leerse a partir de la página 64 del libro Diálogo entre mediadores de lectura. Algunas reflexiones sobre literatura infantil y juvenil que publicase la Editorial de nuestra Universidad en 2017

Como llenarnos la boca de recuerdos

A veces, una palabra, sólo una, alcanza para recuperar sensaciones: sed, camión,  vecinos, abuela, semillas, infancia… Una palabra despliega un abanico de recuerdos y enlaza la infancia propia con la de los que nos suceden en el entramado familiar… SANDÍAS he aquí la palabra, el texto, el libro-objeto que recomendamos hoy.

En «Sandías»(1) la autoría es múltiple: Alexis Comamala propone el texto literario, Jorge Cuello, el visual e, interpretando esa historia, Ediciones de la Terraza la despliega en un formato que apenas cubre la palma de la mano. El libro-objeto, un acordeón de apenas 10 cm x 10 cm, juega paradójicamente con el tamaño y peso de las sandías y también se nos convida en gajos, en cuatro gajos que transitan el arco que va de una infancia a otra.

¿A quiénes convidar este  manjar? Es el desafío que cada mediadora y cada mediador deben sortear a la hora de seleccionar. ¿En qué punto del camino lector está la pequeña comunidad de lectores con quienes compartimos literatura para digerir estas «Sandías»?

Como venimos sosteniendo desde la Cátedra(2) cuando hablamos de lectura no hablamos de descifrar letras o palabras, hablamos de asignar sentidos, de construir significados singulares que amplifiquen el mundo simbólico de cada quien.

«Sandías» rezuma no sólo la frescura ofrecida por esos «mundos rojos» sino también el tránsito por los recuerdos de infancia. Y habrá lectores para quienes las mandarinas dirán más que estas «dormilonas» bajo la cama de los abuelos y habrá quienes transitarán por aquellos universos al perfume de los durazneros florecidos o al llamado de las pleamares que ¡hemos extrañado tanto en estos días de aislamiento!

Queda, entonces, servido el desafío: ¿a quién convidar estas sandías? Y junto a la pregunta  recordar con Clarice Lispector :

Hace unos días vi sobre la mesa una tajada de sandía. Y así, sobre la mesa desnuda, parecía la risa de un loco. Si no fuese por que me resigno a un mundo que me obliga a ser sensata, gritaría de susto ante las alegres monstruosidades de la tierra. Sólo un infante no se espanta: también él es una alegre monstruosidad que se repite desde el comienzo de la historia del hombre. Sólo después viene el miedo, el apaciguamiento del miedo, la negación del miedo, la civilización, al fin y al cabo. Mientras tanto, sobre la mesa desnuda, la tajada chillona de sandía roja. Agradezco a mis ojos porque se siguen asombrando. Aún veré muchas cosas. A decir verdad, aun sin sandía, una mesa desnuda también es algo que merece verse.(3)

 y, sí, aún sin sandía, ¡hay mucho digno de verse poéticamente!

 

(1) Comamala, A. y Cuello, J. (2019). Sandías. Córdoba: Ediciones de la Terraza.

(2) Cátedra Libre de Literatura Infantil y Juvenil (Dirección de Cultura de la Secretaría de Extensión). Universidad Nacional de la Patagonia «San Juan Bosco». Más información aquí

(3) Lispector, C. (2008). Un soplo de vida. Madrid: Siruela pp.72-73

De autores y personajes en pugna

En  «Cuento con ogro y princesa«(1), Ricardo Mariño nos ofrece asomarnos al proceso de escritura. Explicita la tarea del escribir como un proceso y nos muestra las dificultades en el tono de humor que constituye una de sus marcas estilísticas. 

Ofrecer   esta obra  tanto a los niños y niñas, como a sus docentes y a los adultos -en este tiempo de tareas digitales(2)puede alivianar la sensación de sentir que «yo no puedo escribir» o « a mí no se me ocurre nada» o, peor, «este chico no puede/no sabe«(3).  Esto es lo que puede leerse desde el inicio del relato en este cuento. Un cuento que se teje desde la voz narrativa del propio autor  que no se resigna a no saber cómo seguir.  

Ese aspecto de la estructura de la obra, también da ocasión para pensar el cuento en clave literaria: el autor, la voz narrativa, los personajes juegan en la trama de la historia rompiendo la lógica de lo esperable, de lo pre-establecido.

La apelación a los  recursos provenientes de la tradición popular: la llamada del héroe, el cumplimiento de la tarea y el regreso triunfal con el logro obtenido y su posterior alteración a través del humor son, sin duda, una puerta para mantener conversaciones literarias con los chicos. Y, hasta para animarlos a inventar otras resoluciones al conflicto de esta historia o para crear otras historias a partir de los cuentos que ya conocemos. ¿Quién se animará?

 

(1) Mariño, R. (1° edic. 10ª reimp 2007). Cuento con ogro y princesa. Buenos Aires: Ediciones Colihue.

(2) decimos «tantas» pues para más de un niño resulta una enorme presión ser demandado a realizar tareas escolares (con formato áulico) desde las pantallitas. Y, también para muchos padres y madres, es agobiante sumar a sus tareas en cuarentena el rol de cuasi-docentes que muchas demandas escolares implican.

(3) y decimos «peor» porque un niño o una niña percibe/sabe/intuye cuando sus adultos no lo creen capaz.

«…los ritos son necesarios…»

«…El Principito volvió al día siguiente.   -Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que volvieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Y cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro ya estaré inquieto y preocupado; ¡y así, cuando llegues, descubriré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón…   Los ritos son necesarios.   -¿Qué es un rito? -dijo el Principito.   -Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-.   Es lo que hace que un día sea distinto de otros días, una hora,distinta de otras horas…» (1)

      El epígrafe con el que iniciamos esta recomendación pareciera más que oportuno en estos días que, con frecuencia, nos resultan ¡tan iguales! Sabemos que, además de la lectura en este sitio, a través de las redes sociales estas recomendaciones son replicadas en distintos ámbitos y hemos recibido comentarios ¡y demandas cuando la publicación sale después del mediodía! pues, para algunos, este espacio ya es un rito. De modo que a la frecuencia en los días lunes, miércoles y viernes, le hemos  agregado otra decisión: ¡los viernes son de POESÍA!

   Desde la Cátedra(2) venimos acompañando a los mediadores culturales(3)  a través de algunas reflexiones sobre textos de diversos géneros: cuentos construidos desde diversas estrategias estético-literarias(4), poemas de la tradición oral y de autor, libros álbum y libros silenciosos… La variedad discursiva va acompañada de una selección que tiene en cuenta las trayectorias lectoras  que no se corresponden, necesariamente, con la edad. La decisión de convidar poesía, ahora, los viernes habilitará un nuevo rito en las pequeñas comunidades de lectores dispersas por tantos rincones del mundo(5) .

Hoy vamos con algunas preguntas del Preguntario de Jairo Aníbal Niño, el autor colombiano que, como Neruda hizo de las preguntas una ocasión para pensar metafóricamente el mundo.

También convidamos otro texto de María Zeta (que ya nos acompañó hace unas semanas) en una historia contada a dos voces con la que seguramente nos sentiremos  ¡tan identificados!

Y con las ilustraciones de la artista plástica de Rada Tilly, Adriana Vazquez, va un poema/juego para contar del derecho y del revés!!

¡Nos encontramos la semana que viene con nuevas recomendaciones y en cualquier momento con las que ya hemos publicado!

(1) de El principito Saint Exupèry

(2) Cátedra Libre de Literatura Infantil y Juvenil. Secretaría Extensión Universitaria. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

(3)  promotores de lectura, docentes, educadores populares, bibliotecarios, papás y mamás, familiares y amigos de los niños, niñas y adolescentes

(4) Hemos compartido  textos en los que la voz narrativa la sostiene un personaje y otros en los que el narrador es externo a la trama, relatos sostenidos por los diálogos entre los personajes y hasta ¡el monólogo de Oliverio!

(5) En la información estadística del Blog se registran visitas habituales, además de las argentinas,  de gentes de Colombia, México, Uruguay, Brasil, Perú, España y Estados Unidos y esporádicas de otros países como Finlandia o Panamá

«…sembrador de palabras…»

Hoy recomendamos leer con los chicos, también, a Pablo Neruda. El poeta que coleccionaba botellas y juguetes y mascarones de proa, el poeta que Elsa Bornemann, en el cuento que compartimos hoy, homenajea en la antología Un elefante ocupa mucho espacio.

En Pablo(1), Bornemann se refiere a la muerte del poeta en apenas un renglón «…Esa era la casa de Pablo, que acababa de morir…» y ese momento queda resignificado en la experiencia poética de las gentes del pueblo. 

Encuentro en la alusión a Neruda como el «sembrador de las palabras«, una referencia a cada uno de nosotros: los mediadores. Por eso, esta publicación es una invitación a repensar nuestro rol, una invitación a salirnos de los lugares más cómodos para habilitar experiencias amplificadoras del mundo simbólico de nuestras chicas, de nuestros chicos y también del nuestro(2)

Los versos del Libro de las preguntas(3) que cierran el video, son eso: un desafío para nuestras comunidades de lectores, una ocasión para interrogarnos poéticamente, una oportunidad para instalar la metáfora en los intercambios cotidianos y ¿quién nos dice?, tal vez, la puerta para iniciar experiencias de escrituras mínimas.

El augurio de hoy, entonces, es que «los versos de Pablo [se repitan] una y otra vez, una y otra vez...«

(1) Bornemann, E. (1987). Pablo. En Un elefante ocupa mucho espacio. Buenos Aires: Ediciones Librerías Fausto. Vale la pena detenerse en el epílogo del libro: un libro multipremiado y también prohibido, que recuperamos con la llegada de la democracia.img203

(2) Un documental que puede proporcionarnos, en tanto mediadores, una entrada al mundo de Neruda puede verse aquí

(3) Neruda, P. y Ferrer, I. (2014) Libro de las preguntas. Valencia: Media Vaca. Pueden disfrutar algunas páginas y un interesante análisis haciendo click aquí

 

 

 

El disparate y la ternura

Como en recomendaciones anteriores, hoy ofrecemos una obra de Laura Devetach  que combina disparate y ternura: «Un cuento ¡puajjj!» (1) . 

La autora santafesina construye una historia que, a partir del «PUAJJJ» del título, puede habilitar interesantes conversaciones con las más pequeños:  ¿Cómo  se expresa, cada uno, cuando se siente «espuajado»? ¿De qué otras maneras se sienten en estos días? El aislamiento es un tanto «puajjj» pero ¿qué cosas de estos días no lo son?

En situaciones de padecimiento, ante lo inesperado, los nuevos en el mundo requieren de adultos que generen cierta estabilidad para evitar que enloquezcan (Domínguez: 2018) (2). Por esto es indispensable ofrecer a los integrantes de las comunidades de lectores, con quienes compartimos el aislamiento, tiempos de demora y recepción amorosa. Como sostenemos en el proyecto fundacional de la Cátedra: «… tiempos que permitan… encuentros intergeneracionales […] experiencias de lectura que abran algunos “territorios compartibles [en los que cobren] sentido las acciones de los hombres y simultáneamente resignificarlas”(3) […] tiempos en que los niños se inventen e inventen a sus adultos; tiempos en los que los adultos se re-inventen de su mano…«.

Estas «recomendaciones literarias» que vamos realizando desde la Universidad tienen ese objeto: acompañarlos a ustedes que acompañan.

¡Nos seguimos leyendo!

 

(1) Devetach, L (1989). Un cuento ¡puajjj! Buenos Aires: Colihue

(2) Domínguez, P. (2018). Abrigar con palabras. Ponencia Simposio LIJ del Mercosur

(3) Goldin,  D. (2006). La invención del niño. Digresiones en torno a la historia de la literatura infantil y la historia de la infancia (fragmento). En Los días y los libros. Divagaciones sobre la hospitalidad de la lectura. México: Paidós.

La música de las palabras

Cuando Iris Rivera participó de las Jornadas Regionales (1)  que organizamos desde la Universidad, comenzó su conferencia con un augurio: «…Ojalá que la lengua nos salga de la oreja. Que la lengua nos siga saliendo de la oreja porque de niños nos pasa eso: es de la oreja de donde nos sale la lengua. Al menos a los niños oyentes nos ha pasado: lo primero es la escucha. Oímos hablar, oímos contar, oímos cantar …» Por esto, ofrecer a los niños poesía es, sin duda, una experiencia ligada a su cotidianidad Nosotros, los mediadores. que la «dejamos para ocasiones particulares«(2), que la «usamos para enseñar«(3) o que recurrimos a ella para «inculcar valores»(4) podremos sorprendernos ante la permeabilidad a la belleza que tienen los chicos y las chicas.

En el texto poético se dice mucho, pero lo no-dicho amplifica sentidos. Entrar en los silencios de lo poético es aventurarse a múltiples connotaciones. Lo hemos reflexionado cuando Cecilia Bajour participó de la conferencia inaugural de la Cátedra y, en estos días, venimos insistiendo con textos de este género ya que, creemos, son una buena manta para «apapacharnos«(5)

Entonces aquí van:

  • un poema de Antonio Machado, acompañado de obras pictóricas (otra puerta estética para compartir con los más pequeños de la familia: ¡¡ visitas a museos virtuales, cuadros, películas(6)!!)
  • otra tanda de Aguamundos de María Cristina Ramos en la que invitamos a encontrar la ilustración de cada poema (como en el posteo del 13 de abril)
  • y el regalo de la tradición oral en una desopilante versión de Chumba La Cachumba

(1) Jornadas Regionales de Literatura Infantil y Juvenil. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco

(2) los actos escolares, afiches en carteleras, tarjetas de cumpleaños…

(3) temas que interesa sean memorizados o que exaltan a determinadas figuras

(4) respeto, obediencia…

(5) como decíamos hace unos días (click aquí)

(6) recomendadísimo el encuentro de Akira Kurosawa con Van Gogh en la película «Sueños» (aquí ese tramo)

 

 

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